miércoles, 25 de octubre de 2017

Ras al-Bassit, otro enclave cerámico

Habiendo hecho ya un primer esbozo de los vestigios cerámicos asociados a este marco cronológico en la zona de Beirut, en la entrada de hoy, nos vamos a trasladar al yacimiento de Ras al-Bassit, ubicado en Siria pero al norte del asentamiento tratado en el escrito anterior.

Centrándonos en este marco cronológico, los arqueólogos nos presentan la idea de una significativa producción de mortaria en el asentamiento que, no sólo se habrían realizado para la población de Ras al-Bassit, sino que habrían servido como producto de comercio local, ya que fragmentos de estas piezas son encontradas en Beirut. Las producciones realizadas en Ras al-Bassit serían de un rojo pálido correspondiente con etapas previas pero a partir del tercer siglo las piezas comenzarían a tornar marrón oscuro. Con ello nos indican que estos objetos tienen fractura irregular, una textura arenosa, con inclusiones abundantes de basalto de tamaño muy fino y demás arenas locales, lo que posiblemente ayudaría a dar a la pieza ese color oscuro. A comienzos del cuarto siglo, las piezas se reducen de tamaño, y a finales del mismo las producciones presentan a veces una cierta decoración con círculos estampados y, por otro lado, terminan siendo un elemento no tan frecuente en las importaciones de Beirut. 

Pero no sólo tenemos restos de estas cerámicas. También contamos con dolia, encontradas en Beirut durante el siglo tercero y cuarto, y según los investigadores servirían supuestamente para almacenar agua. Al parecer desaparecen del registro cerámico en Beirut a la llegada del siglo V al ser sustituidas por las producidas en Amrit, estas últimas se generalizarán en lugares como Homs, el Norte de Palestina, y como ya hemos mencionado, Beirut.

Por otro lado, los investigadores han recogido restos de otro tipo de dolia, que correspondería con el número 17 y 18 de la imagen superior. Según los arqueólogos son producciones de Ras al-Bassit en la típica factura romana tardía y que asocian con la fermentación de vino, además de que por su morfología la clasifican como dolia y no como amphorae.

Finalmente, repararemos en las amphorae, piezas realmente importantes dentro del registro cerámico romano. Con ello, se nos explica que aunque tenemos distinción de diversos modelos, algunos seguimos sin saber bien su forma completa, ejemplo de ello es el n.º 10 de Ras al-Bassit. Aun así, observando la estructuración de las asas de este tipo cerámico, así como la significativa hendidura central que recorre el eje axial de las mismas hace pensar que estaríamos ante un tipo muy similar a las LRA 1 del tercer y cuarto siglo. A esto añadiremos que la producción de estas cerámicas en Ras al-Bassit terminará con una versión de la LRA 1, y al parecer no habrían sido utilizadas para exportación, argumentando que no se han encontrado vestigios de estas piezas en Beirut.


Jose Heras Formento

Beaudry, N. y Mills, P. (2010) Pottery from late roman Ras el Bassit, Syria. Late Roman Coarse Wares, Cooking Wares and Amphorae in the Mediterranean. Archaeology and archaeometry, vol II. Pags 857- 866.

Reynolds P. y Mills, P. (2014). Amphorae and specialized coarsewares of Ras al Bassit, Syria: local products and exports. Late Roman Coarse Wares, Cooking Wares and Amphorae in the Mediterranean. Archaeology and archaeometry, vol I. Págs. 133- 142.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Aproximación a la cerámica en Beirut

Bien es sabido que el desarrollo de las estructuras políticas y administrativas que se llevaron a cabo en el Mediterráneo oriental fue un complejo proceso que no siempre avanzaba con la celeridad que se requería. Esto claramente repercutió sobre los aspectos productivos y comerciales de la región, pero a pesar de esto, no supuso un obstáculo para la realización de dichas actividades.

Tras la actividad de Septimio Severo, quien inicia una segmentación de la estructura geo-administrativa de la zona oriental, quedará finalmente dividida en ocho provincias y tras la victoria de Galerio contra los sasánidas en el 297, la región entra en un periodo de paz en el que los comerciantes sirios dominan el comercio a gran escala entre Occidente y Oriente.


Imagen 1: Segmentaciones territoriales en torno al 210 d.C.


Según los investigadores, a finales del siglo III, vemos un descenso en la cantidad de depósitos cerámicos urbanos en ciudades portuarias, asentamientos entre los que incluiremos Beirut, foco de interés de nuestra entrada. Este suceso se debe a una diversidad de factores entre los que los arqueólogos destacan: no sólo la falta de actividades constructivas (ya que sabemos que la cerámica se utilizaba como material auxiliar para la construcción), sino también a un descenso en los conjuntos de material de reciclaje (entre los que incluimos la cerámica) en los centros urbanos sobre el 270 d.C. Aparentemente, la falta de estos depósitos de cerámica evidencia así el descenso de actividades de construcción de carácter privado y quizá la gran parte de estas actividades quedó relegada a programas constructivos públicos.
Descrito este contexto, vemos como en la ciudad y cronología que nos ocupa, los registros cerámicos que tenemos evidencian un descenso de la producción del modelo de ánfora fabricado en Beirut durante finales del siglo III, para volver a ascender a la llegada del IV. En este nuevo siglo, observamos como predominan las cerámicas modelo ARS (African Red Slip) producidas en Túnez, y se documentará a su vez ejemplares de CRSW (Cypriot Red Slip Ware), pero en menor medida.


Imagen 2: evolución del ánfora producida en Beirut, desde el siglo I d.C. hasta mediados del III d.C.

Ya desde mediados hasta finales del siglo IV tendremos una significativa presencia de ánforas denominadas “carrot-bodied”, fabricadas en cocción oxidante y con una coloración rojiza clara; además de esto tendremos como habituales las ánforas Kapitän 2 y las producidas en el Egeo y Asia menor (destinadas a ser contenedores para vino). Con todo ello vemos además cómo predominan las Agora M-334, modelo que se ha relacionado con prensas de vino al norte de Palestina.
A estos tipos cerámicos sumaremos el AM 14, que resulta ser bastante común desde el siglo III y se mantiene hasta el IV; el LRA 5, y el LRA 1, sobre este último no será hasta finales del siglo IV cuando se normalice en los registros cerámicos.



Imagen 3: modelos de ánfora carrot-bodied, Kapitän 2 y Agora M-334.


Analizando estos conjuntos cerámicos, los investigadores interpretan que dichos tipos concretos de ánforas fechadas en torno a inicios y mediados del siglo IV, nos sirven para ilustrar un escenario en el que se realizarían significativas actividades productivas de vino a escala local las cuales habrían estado realizándose al mismo nivel desde mediados el siglo anterior.
A finales del siglo IV, aumentarán las importaciones sirias, asunto que los investigadores han enlazado con la mayor presencia de fragmentos de LRA 1 (que por otra parte estarían siendo fabricadas en Cilicia, no en Siria).
Con todo esto, en esta última etapa veremos como se experimenta un auge de los intercambios comerciales entre los diversos puertos del Levante, y por extensión con el Mediterráneo.

Jose Heras Formento

Egea Vivancos, A. (2005). El norte de Siria en los periodos romano y bizantino. Contexto histórico. Eufratense et Osrhoene: Poblamiento romano en el Alto Éufrates Sirio. Antig. Crist. (Murcia) XXII, págs. 87-115.

Reynolds, P. (2010). Trade networks of the East, 3rd, to 7th centuries: the view from Beirut (Lebanon) and Butrint (Albania), finewares, amphorae and kitchen wares. Late Roman Coarse Wares, Cooking wares and amphorae in the Mediterranean, vol 1, BAR International Series 2185 (I), págs, 89-114)

miércoles, 11 de octubre de 2017

Una breve introducción

Tal y como nos indica el título indicado más arriba, en este blog trataremos la producción cerámica durante el Bajo Imperio de Roma. El Bajo Imperio romano abarca desde el inicio de la Crisis del siglo III, que tradicionalmente se sitúa cronológicamente entre la dinastía de los Severos (193) y el reinado de Diocleciano y proclamación de la Tetrarquía (284) hasta la división oficial del Imperio romano en Oriente y Occidente afianzado por Teodosio I, aproximadamente en el año 400.

Es una época de constante cambio y transformación, en contraste con la estabilidad al menos aparente de el inmediatamente anterior Alto Imperio y el gobierno de las dinastías imperiales anteriores. Ya con los Severos se inicia un período de inestabilidad política en la que los emperadores no llegan a un consenso con el Senado, desencadenando una larga lista de dirigentes que se ponen al mando del gobierno y la administración del Imperio de los cuales pocos mueren por causas naturales. Es una época en la que las sucesiones se producen a velocidades vertiginosas por usurpaciones, traiciones, asesinatos, etc. Dicha situación agrava la imagen del poder imperial, que aunque durante el reinado de Diocleciano y la Tetrarquía (284-311) se consiguió por un breve período de tiempo estabilizar el caos producido años antes, el poder constituido no conserva la misma fuerza y la influencia de épocas anteriores, se ve debilitado aunque intente adoptar nuevas denominaciones de títulos regios y divinidades de otras culturas o abarcar en la mayor medida posible las responsabilidades legislativas y administrativas. 

Por otro lado, esta inestabilidad política afecta en el ámbito económico con una gran inflación debido a las abundantes nuevas acuñaciones que se realizaron sobre todo en época de los Severos; las subidas desorbitadas de los productos incluso de primera necesidad vendidos en los mercados de las ciudades; el aumento de los sueldos para los soldados y demás militares, recurso que utilizaban mucho los emperadores para poder mantenerse en el poder y que, por tanto, procuraron de tenerlos contentos; al igual que el aumento de los funcionarios. Todo esto contribuye a una mayor presión por parte de los contribuyentes y de los tributos a pagar, lo que hace de la vida cotidiana una lucha constante, si es que antes ya no era lo bastante dura, para poder satisfacer los impuestos. 

A esta presión fiscal se le une además el auge del cristianismo, que aunque fue perseguida en mayor o menor medida por las fuerzas gubernamentales, consiguieron llegar a la población y sobre todo a las élites, quienes consiguieron que se difundiera con mayor facilidad. Era una religión que por su concepción participativa y comunal ganaba muchos adeptos entre los sectores más populares de la población, siempre marginada de los ritos de la religión oficial, de los que sólo podían disfrutar las élites. Tanta fama cobrará y ejercerá tal presión sobre el gobierno, que acabará convirtiéndose más tarde en religión oficial del Imperio (Edicto de Tesalónica en el 380 por Teodosio I).

A grandes rasgos, estos son los grandes cambios que sacuden al Imperio en sus últimos siglos, y a través de la cultura material, trataremos en este blog cómo se reflejaron todos estos cambios y convulsiones que se dan en las altas esferas a un nivel más cotidiano. Estudiaremos diferentes zonas geográficas, como por ejemplo la costa Levantina en el Mediterráneo oriental, el centro de Europa, el norte de África y, como no, la Península Ibérica. Nos concentraremos en estas zonas mencionadas como zonas de producción cerámica, analizando la técnica y la tecnología empleadas, los diferentes tipos de recipientes producidos junto con la funcionalidad que se les atribuye, además de la decoración y la información que lleva implícita. Todo ello con el fin de obtener una interpretación de hasta qué punto cambiaron los modos de vida en los puntos más extremos del Imperio en las fechas en las que nos manejamos. 

Las producciones de la Meseta al final del Imperio Romano

Hola queridos lectores, Me introduzco en este momento en el final del blog. Hemos redactado en entradas previas las producciones del ...