lunes, 27 de noviembre de 2017

Arqueometría en Misis, Turquía

En esta nueva entrada, hemos decidido aportar un enfoque más cercano a la arqueometría, y para ello, nos hemos centrado en el proyecto de investigación que se realizó sobre la zona de la antigua Cilicia, más concretamente sobre los hallazgos realizados en Misis, llamada en el pasado Mopsuestia. Dicho proyecto posee la intención de perfilar e identificar los distintos patrones de asentamiento en la región y a su vez profundizar en las influencias culturales, sociales y económicas producto de las relaciones entre Misis y el resto de ciudades de Cilicia e incluso de Chipre.
Dicho esto, focalizaremos nuestra visión hacia la cerámica hallada durante el transcurso del proyecto y los diversos análisis que se realizaron.

Lo que los investigadores resaltan de los fragmentos cerámicos recuperados es que, por un lado, podemos fecharlas en una parte temprana del período romano, pero que fases posteriores más tardías se encuentran igualmente representadas en los descubrimientos, teniendo piezas pertenecientes a LRC y a la ARS. Por otro lado, el análisis minucioso de las pastas, en concreto de las pertenecientes al conjunto LRC, deja al descubierto la actividad de numerosas fábricas distintas para la producción de unos pocos modelos, lo que ha sido interpretado por los investigadores, no como la existencia de diversos centros de producción sino como la amplia gama de fuentes de aprovisionamiento de la arcilla.
Estos modelos cerámicos que mencionamos resultan ser, según Hayes: Forma 3 y la 10.


Los análisis macroscópicos han permitido a los investigadores identificar, discriminando y clasificando según los elementos que contenían las pastas de arcilla, tres tipos de fábricas, las cuales introduciremos a continuación.

FÁBRICA CALCÁREA

A este grupo se atribuyen fragmentos de la LRC que contengan pequeñas partículas de limo, lo cual no quiere decir que todas las inclusiones blancas que contengan los fragmentos sean limo o incluso de naturaleza calcárea. De hecho la falta de profundidad a la hora de hacer los análisis puede llevarnos, tal y como dicen los investigadores a asumir que los fragmentos relacionados con este conjunto están hechos con la misma materia prima y que provienen de la misma fuente.
Tal y como dicen, tras el estudio, se observa, dentro de este grupo, dos variantes de la fábrica con componente calcáreo en los restos hallados en Misis.
Una primera con una pasta de textura arenosa, granulada, y pequeñas aportaciones de mica plateada e inclusiones calcáreas muy finas. La segunda, conforma piezas con una arcilla basta, calcárea, pero conteniendo cuarcita, cuarzo blanco y limolita.


FÁBRICA TPS (Tiny Pale Speckles)

Esta fábrica resulta ser bastante común a lo largo del Mediterráneo y se identifica con inclusiones de tipo no calcáreo y de coloración clara entre blanco y amarillo. Tras el análisis de 63 fragmentos de LRC, los investigadores han subdividido este grupo en cuatro variantes, teniendo en cuenta diferencias en las concentraciones o combinaciones de distintos tipos de inclusiones.
La primera variante, la más común, además de ser la más depurada, está compuesta por una densa arcilla, expuesta a una cocción significativa y contiene inclusiones cuya coloración varía entre el amarillo y el blanco. La segunda variante es similar a la primera pero se le añaden inclusiones calcáreas. La tercera variante se caracteriza por contener unas inclusiones de coloración negra brillante que se ha relacionado con basalto, además de tener inclusiones de mica plateada y cuarzo blanco. La última, contiene inclusiones grandes cantidades de mica plateada e inclusiones de apariencia cristalina que se ha identificado con cuarzo, teniendo una variabilidad en la coloración que iría desde rosa a rojo y naranja.



 FÁBRICA RICA EN MICA

Dentro de los restos cerámicos obtenidos en Misis, se obtuvo un grupo de 5 fragmentos que contenían mica plateada en cantidades suficientes como para producir un cierto brillo de la pieza. La mica no parece ser algo que se asocie normalmente a las cerámicas LRC producidas en la zona de Focea, pero ha sido observada en ejemplares procedentes de Creta, Anemurium y Sardes.
Esta fábrica está compuesta a su vez por una mezcla entre mica dorada y plateada, una cantidad significativa de limolita de color rojo, pequeñas inclusiones negras y una pequeña cantidad de inclusiones calcáreas. Restos de mica dorada en LRC han sido detectadas también en cerámicas encontradas en Sardes, pero en Misis resulta algo no muy frecuente, con lo que los investigadores apuntan a que sería un importante indicador de una fuente concreta de materia prima.



Concluiremos diciendo que según los arqueólogos, no se perfila un patrón sobre los dos modelos cerámicos y sus fábricas que hemos presentado al comienzo de esta entrada, la Forma 3 y la 10. Ambos tipos son producidos por diversas fábricas siendo la más común la TPS, encontrándose en 26 fragmentos de Forma 3 y en 8 de Forma 10.
Las diferencias identificadas entre las formas y las fábricas pueden explicarse por la existencia de diversos centros de producción que explotarían diferentes fuentes de materia prima al mismo tiempo.
Por otro lado, la significativa presencia de LRC en la zona de Misis no es algo extraño, ya que muchos lugares al este de Cilicia responden al mismo fenómeno en detrimento de otro tipo de piezas como las ARS o las CRS. Además, la gran cantidad de fábricas utilizadas para las piezas encontradas en Misis indica que la región tenía acceso a diferentes centros de producción que podían haber alternado de fuente de materia prima durante su existencia. Aun así resulta complicado relacionar afloramientos arcillosos con centros productivos.
Por último diremos que las LRC de Cilicia indican una significativa producción y comercio de este conjunto de piezas al este del Mediterráneo. Dichas piezas se producirían entre varios centros de producción de los cuales alguno podría estar ubicado en la zona este de Cilicia, según comparaciones con las características geológicas de la zona.  

Jose Heras Formento

Francis, J. (2011). Late Roman C ware/Phocaean red slip pottery from the Cilicia survey project (Misis), Turkey. Keramos, ceramics: a cultural approach. Ankara, págs 73-82.

Schneider, G. (2000). Chemical and mineralogical studies of Late Hellenistic to Byzantine pottery production in the Eastern Mediterranean. Rei Cretariae Romanae Fautorum Acta 36, págs 525-536.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Importaciones de Terra Sigillata Africana en la Península Ibérica (I): Colonia Patricia Corduba

En anteriores entradas hemos podido observar el alcance y el peso que tuvo la Terra Sigillata Africana como uno de los productos manufacturados más extendidos por el Imperio en sus últimos siglos. Ya no sólo la importancia que adquiere como producto de moda, sino las implicaciones comerciales y económicas que ello significa. En esta nueva entrada analizaremos si realmente esa difusión tan extendida y entendida como tal que hemos comprobado en la Península Itálica se da de la misma manera en otros rincones del basto Imperio Romano. La región de estudio más a mano que encontramos es la Península Ibérica. Os presentamos el caso de la Colonia Patricia Corduba, más concretamente de los datos sobre éste tema que han aportado las excavaciones de la Terraza Media Oriental de su teatro.

El Teatro Romano se encuentra en el sector suroriental de lo que sería el plano urbano de Colonia Patricia. El teatro se concibe dentro del proyecto urbanístico de la ciudad encajado en tres terrazas en desnivel a ambos lados del edificio. La Terraza Media Oriental del Teatro de Colonia Patricia Corduba sirvió como espacio de tránsito desde el siglo I hasta el final del siglo IV a.C. Concebido así desde la misma concepción del proyecto de construcción del edificio: como sitio de representación y como ámbito de conexión entre éste y las zonas alta y baja de la ciudad. Sin embargo, queda inutilizada como tal tras un terremoto y se procede a su rehabilitación como zona de paso ocultando los derrumbes con vertederos y rampas que salven el desnivel entre terrazas.


Planimetría de la Terraza Media Oriental del Teatro Romano de Colonia Patricia Corduba
Este proceso de rehabilitación se lleva a cabo en tres fases fácilmente reconocibles según su intencionalidad: un primer momento, inmediatamente posterior al seísmo, cuando la plaza comienza a utilizarse como vertedero, proceso que perdurará hasta finales del siglo III. En este momento, entre los derrumbes, quedaron inmortalizados tanto la arquitectura urbana que rodeaba al teatro y el ajuar cerámico que les acompañaba, asociados a las UU.EE.: 12, 6, 32 y 36. La UE 12 nos cuenta la destrucción de un hábitat doméstico, por lo que la cerámica que aparece en este estrato es el mejor ejemplo para conocer las costumbres culinarias de la Córdoba de los dos últimos cuartos del siglo III a.C.

La segunda fase de colmatación se debe a la administración de los derrumbes y escombro para uniformar la superficie de vertedero y  realizar una rampa que permitiera el paso de nuevo entre las terrazas. Los continuos aportes de tierra para la uniformidad del suelo se realizaron durante la primera mitad del siglo IV. Estas nuevas capas de tierra se identifican con la UE 5. Es aquí donde comienza el proceso de rehabilitación urbanística de la ciudad. Se puede seguir la evolución del repertorio cerámico durante los tres primeros cuartos del siglo IV hasta que finalmente queda totalmente obstruido cuando se desploma la fachada del Teatro y queda totalmente inutilizada esta zona. Una tercera y última fase de colmatación transcurre entre este momento de inhabilitación y  a partir del siglo IV con el saqueo y expolio sistemático del derrumbe de la fachada de la cavea hasta la total desaparición del teatro en los primeros años del siglo V.  

A continuación, procedemos a describir el material cerámico asociado a cada fase:

En el primer proceso de colmatación, como antes hemos explicado, se trata de los momentos inmediatamente posteriores al terremoto acontecido en el 260-290 d.C. aproximadamente. En estos estratos, la TSA C destaca como elemento guía para poder definir los límites cronológicos entre los derrumbes de las viviendas y edificios colindantes hasta su amortización para la construcción de la rampa de acceso. La producción C nos habla realmente de hasta cuándo estuvo en funcionamiento el ambiente urbano que rodeaba al teatro.

Para el momento del desescombro de las casas se constatan dos subproducciones características del siglo III: C1 y C2, lo que nos da una fecha final del 220 d.C. Las dos formas más características de la producción C y que tienen representación en los estratos que analizamos son la Hayes 44 nº 11, documentada tan sólo a través de un ejemplar, y la Hayes 48 A nº 1, de la que tenemos tres ejemplares. Mientras que la primera de las formas mencionada se comercializa entorno al 220 hasta el 270, la segunda se incorpora al comercio en los mismos años y perdura hasta final de siglo. Ambas tuvieron una gran difusión comercial, como demuestra la aparición de más ejemplares en otros ámbitos como hemos visto en publicaciones anteriores, y además en los alrededores de Colonia Patricia Corduba como son la villa altoimperial de Cercadilla, Casa Carbonell y en las excavaciones que se realizaron en el mismo Teatro Romano de Córdoba en 1994. Sin embargo, no contamos con una cantidad suficiente en Córdoba para corroborar que tuvieran un gran índice de dispersión, a pesar de documentarse estas formas como las más comercializadas en el Mediterráneo en estas fechas. Por lo que una primera conclusión de todo esto es que la comercialización de la producción C de TSA en Hispania  fue moderada. Esto puede explicarse por varias razones, una de ellas es la gran cantidad de cerámicas de la forma Hayes 50 A que encontramos para estas fechas. En el momento del terremoto, era el producto africano que más se encontraba en uso.

A la información cronológica que nos ofrece el registro cerámico debemos complementarlo con la que nos aporta la numismática: se han documentado monedas de Claudio II el Gótico que nos da unas fechas de término entre 270-280 d.C., lo que atrasa la fecha anteriormente sacada del análisis de las cerámicas africanas. De la misma manera, podemos disponer de una fecha de inicio para esta fase a finales del siglo III por los testimonios de la forma Hayes 50 y la ausencia de producción TSA D. 

TSA C: Hayes 50 A

El segundo proceso de colmatación se ha identificado como la rehabilitación de los derrumbes, utilizados hasta entonces como vertederos, para conformar los distintos suelos en rampa y volver a utilizar la zona como lugar de paso entre terrazas. Durante este proceso y el estudio de los materiales recuperados de las UUEE relacionadas con el mismo podemos documentar los distintos cambios, ya no sólo a nivel urbanístico, sino también a nivel de vida cotidiana y comercial que se llevaron a cabo en el siglo IV. Uno de estos vestigios que nos indican tal fenómeno es la ausencia de TSA D en las UUEE 4 y 5, que pertenecen al momento de la conformación de la rampa  para la reapertura del paso de la Terraza Media Oriental y su presencia en las UUEE 11, 3 y 2, estratos que corresponden al momento en el que el teatro ya no se usa y se somete a un expolio sistemático.

Tan sólo se ha documentado una forma de producción D en la UE 5: la Hayes 58 en sus ejemplos nº 1, 5, 9 y 11, lo que permite concretar la cronología entre el año 300, momento en el que se comercializan los ejemplares nº 1, 5 y 9, y el 370, fecha en la que dicha comercialización llega a su término. Sin embargo, el ejemplar nº 11 de esta forma nos permite no establecer la fecha final en la que se ha propuesto, pues su comercialización realmente se documenta entre los años 350 y 375. Por lo tanto, el plato base durante estos años es la forma Hayes 58 B, que a finales del siglo IV dará paso a las formas Hayes 59 y Hayes 61 A.

En cuanto a la numismática, arroja datos esclarecedores sobre las fechas finales de este proceso gracias a las monedas documentadas como de Claudio II el Gótico y Valente, que nos dan una cronología entre 364 y 368.

La tercera fase de colmatación se identifica con el momento en el que se derrumba la fachada nororiental de la cavea (UE 3), quedando el paso definitivamente inutilizado para el tránsito de personas por el paso de la Terraza Media en época tardoantigua, a lo que le sigue el abandono y expolio del teatro. Es en este contexto cuando aparecen las formas de producción D Hayes 59 y Hayes 61 A en las UUEE 11, 3 y 2.

Para entender la importancia de la ausencia y presencia de la producción D en estos contextos debemos comprender el desarrollo que tuvo la importación de las formas clásicas de los platos de la producción D a lo largo del siglo IV. La forma Hayes 58, que aparece en el paquete de suelos del UE 5 y que abarca cronológicamente los primeros cuartos del siglo IV, es la única que se constata para su contexto estratigráfico a pesar de que generalmente esta forma coincide en su difusión comercial con la forma Hayes 59. En cambio, la forma Hayes 59 se documenta las UUEE 11 y 3, coincidiendo con el final de la comercialización de la forma Hayes 58 B, y a su vez cuando aún no se encuentran vestigios del comienzo de la difusión de la siguiente forma que toma el protagonismo del comercio de la cerámica africana: la forma Hayes 61 A, encontrada los primeros vestigios en el estrato más tardío de la Terraza Media Oriental, la UE 2,  por lo que nos encontraríamos en los dos últimos decenios del siglo IV. Volviendo a las formas Hayes 58 B y 59, a pesar de coincidir en fechas de comercialización, entre la estratigrafía de la Terraza Media Oriental nos encontramos que, cuando comienza a aparecer por primera vez la Hayes 58 B no lo hace la Hayes 59. Lo que queremos decir es que la incorporación de los diferentes platos se hace de forma escalonada, sin coincidir cronológica y estratigráficamente la anterior con la posterior, definiéndose en este caso gracias a este fenómeno tres momentos muy claros.


TSA D: (1) Hayes 58 B, (2) Hayes 59 A, (3) Hayes 61

Finalmente, establecemos el final de la cronología de la estratificación y el derrumbe de la cavea con los testimonios cerámicos de la UE 2, que como anteriormente hemos mencionado, pertenecen a la forma Hayes 61 A, que nos permite prolongarlo hasta el 420, gracias a la complementación de la información otorgada por la carencia de TSHTM y la ausencia de Cerámica Tosca Tardía, lo que nos lleva a establecer la colmatación definitiva de la Terraza Media Oriental del Teatro de la Colonia Patricia Corduba en los primeros años del siglo V.

En resumen, gracias a los vestigios aportados por la estratigrafía de la Terraza Media Oriental del Teatro de Colonia Patricia Corduba podemos establecer un panorama general de la vajilla utilizada en este emplazamiento durante el Bajo Imperio y los inicios de la época tardoantigua. Varias cuestiones planteadas a partir del análisis de los materiales recuperados en este yacimiento son la ausencia de formas de producción de TSA A, que nos habla de la dificultad que tal vez encontraba estas formas para introducirse en el mercado local o porque la estratificación de la Terraza Media Oriental comienza cuando la comercialización de esta producción cerámica africana está en receso, ya no sólo en Hispania, sino en todo el Mediterráneo. Por otro lado, nos encontramos que por los hallazgos realizados en cuanto a las formas pertenecientes a la producción C, el protagonismo total y absoluto se lo lleva la forma Hayes 50 en detrimento del resto de formas de la producción.

En cuanto a la primera cuestión planteada, la reducida presencia de TSA A puede estar condicionada también por el hecho de que estas mercancías que lleguen a una ciudad del interior como Córdoba dificulta su expansión en cantidades considerables. Sin embargo, el testimonio de formas como Lamboglia 24 (Hayes 6C nº 42) y Hayes 135 nº 5 nos habla de que realmente se demandaban estos modelos, existía el comercio de la producción A pero de forma reducida. Además, debemos añadir la obstaculización que ofrecía el éxito del mercado de la sigillata producida en los alfares de Andújar, que también condicionará a la difusión de la producción C en este ámbito geográfico pues, cronológicamente, ésta última coincide con el nacimiento y el desarrollo de los talleres locales de imitación de cerámicas africanas.

Por otro lado, cuando hablamos del siglo IV en el análisis de la Terraza Media Oriental del Teatro de la Colonia Patricia Corduba, debemos volver de nuevo a  la cuestión de la sucesión en el comercio y su difusión por el Mediterráneo de las formas más exitosas  dentro de las producciones C y D (Hayes 50, 58 B, 59 y 61 A). Ello nos habla de una intención claramente definida en cuanto a que no se importarían dos formas con tan amplia difusión. La producción D, de la misma manera, se verá perjudicado por la ambición de los talleres locales de imitación, dificultad que se le añade a las circunstancias de la escasez de recursos de las ciudades durante los siglos IV y V y a la gran dispersión de la TSHTM. Pero quiénes realmente sufren con mayor peso este fenómeno de imitación cerámica son las cerámicas de cocina africana, las piezas más imitadas con diferencia.

En definitiva, podemos establecer una carencia de productos africanos en comparación con otras producciones cerámicas que se dan en las mismas fechas y cuyo mercado se encuentra más cercano en cuanto a términos geográficos nos referimos, como la TSHT. Y a pesar de la carencia, marginalidad o dificultad de Colonia Patricia para incorporarse a las rutas comerciales del mercado africano mediterráneo, encontramos nuevas formas africanas como es la Hayes 200. 

Cerámica de cocina africana: Hayes 200

Laura Sánchez

BIBLIOGRAFÍA

MONTERROS CHECA, A. J., (2002), Cerámica africana en Colonia Patricia: aportaciones a partir de la estratigrafía del teatro romano de Córdoba. La Terraza Media Oriental, en Rómula, I, pp. 187-224

viernes, 24 de noviembre de 2017

Comercialización y difusión de la Terra Sigillata Africana: un caso de la Península Itálica

La gran difusión de la cerámica africana durante los últimos siglos del Imperio demuestra que a pesar de encontrarnos en un periodo de decadencia política y económica, las rutas comerciales se mantuvieron prácticamente intactas. Esta unidad comercial que sobrevivió más allá de la desintegración del Imperio favoreció la aparición de nuevas producciones cerámicas, de nuevos rasgos tipológicos y tecnológicos, y que se benefició del intenso comercio marítimo alimenticio. Los cargamentos de cerámicas en los transporte de productos alimenticios se consideraban bien comercial complementario o parasitario, ya que no se hacía un comercio de cerámicas y vajillas como tal, sino que rellenaban los espacios libres en los cargamentos de grano u otro producto agrícola. Así es como la Terra Sigillata Africana (TSA) consigue llegar a todo el Imperio a través de su difusión comercial, además de que le acompañaran otras condiciones propicias como era la gran producción agrícola excedentaria en productos de primera necesidad como eran el trigo, el aceite y el vino, de los grandes latifundios africanos. Por lo tanto, acompañando a estos cargamentos, la TSA y la cerámica de cocina africana consiguieron ser casi los únicos recipientes utilizados tanto en las cocinas como en las mesas de todo el Imperio. 

Un ejemplo de ello es el yacimiento que vamos a tratar aquí: San Vicenzino es un yacimiento de la costa septentrional de la antigua Etruria, con una secuencia cronológica desde prácticamente de época tardo-republicana hasta la Baja Edad Media. Además, es peculiar el papel dominante que adopta la Terra Sigillata Africana y la alta diversidad representada en el mismo. Dentro de la TSA, los protagonistas son los tipos D y A, en constante competencia.


Mapa de Etruria con la localización de la villa de San Vicenzino
A través del estudio del registro material cerámico, observamos cómo esta villa se encuentra bien inserta en el circuito comercial a la que paulatinamente las producciones africanas se están incorporando al comercio del Mediterráneo occidental, buen ejemplo de ello son las ánforas encontradas en el yacimiento: la presencia de contenedores anfóricos africanos de los tipos I y II (Keay 25 1 y 3) completan el arco cronológico de la TSA A y A/D, datada entre finales del siglo III y finales del siglo V d.C. También debemos tener en cuenta la forma principal de la TSA C, que coinciden durante la primera mitad del siglo III con la Lamboglia 40bis. La TSA C está representada tan sólo por una forma: la Hayes 50, con alguna variante cronológica como la Hayes 50B, cuya presencia se muestra desde la forma más difundida como es la del plato hasta completar la vajilla de mesa. Otra de las formas que acompañan al máximo exponente son el plato Lamboglia 41, el cuenco Lamboglia 42 y la muy tardía 73B, que ocupa los años centrales del siglo V d.C.

TSA C: Hayes 50


La TSA D se concentra entre el siglo IV y todo el siglo V. Coincide en fechas con el cuadro mediterráneo en el que el mercado africano resurge en su fase más culminante entre la segunda mitad del siglo IV y la primera mitad de siglo V d.C., periodo en el que la TSA en Italia tiene su máxima difusión. De las formas adscritas a la TSA D que encontramos en esta villa en torno a estas fechas, destacamos el cuenco Hayes 58 B, Hayes 59, la variante de Hayes 63 con doble acanaladura sobre el borde producido probablemente en Bordj el Djerbi, los jarrones con tiras Hayes 91 A y B, el cuenco Hayes 67 A y B, datada entre finales del siglo IV y la primera mitad del siglo V d.C., y finalmente la formas más tardía, los cuencos Hayes 76 y 79. Del cuenco Hayes 61 sólo se han hallado los ejemplares pertenecientes a la fase inicial de su producción, la Hayes 61 A, seguida por su variante de transición, la Hayes 61 B. Gracias al trabajo de Bonifay, hemos podido identificar la variante A/B 4 de esta forma, datada en el primer tercio del siglo V d.C. La Hayes 61 B y una gran número de variantes se encuentran ampliamente representadas, lo que evidencia la perdurabilidad del cuenco, numéricamente mayor que otras formas de TSA D coetáneas como la Hayes 67 o el jarrón de tiras dobles Hayes 91. Ello nos da cierta información sobre las preferencias de los habitantes de la villa, sobre todo teniendo en cuenta dos cuestiones: el valor sustitutivo y/o complementario del cuenco frente a la forma más difundida, Hayes 50, en términos de funcionalidad; y la imitación de la misma en los talleres locales en una variante de barniz rojo, aunque la reproducción no es muy fidedigna y las dimensiones en la copia se reduzcan.

TSA D: Hayes 61


Sucesivamente y sobre todo a finales del siglo V encontramos una notable reducción de las importaciones aunque no por ello cesan las producciones tardías representadas por la TSA C5 desde Sidi Marzouk Tounsi, en particular la copa Hayes 85 a partir de la mitad del siglo V hasta el primer cuarto del siglo VI; el cuenco Hayes 82 y la forma Gouvest E3, de la misma cronología. 

Una serie de formas completan la secuencia tipocronológica de San Vincenzino hasta finales de la Tardoantigüedad, teniendo en cuenta que las clases importadas desde África no permiten establecer cronologías más allá del siglo VI. Un ejemplo de ello son las lucernas de TSA encontradas en la villa: la mayoría pertenecen a la forma VIII Atlante, representada en una lucerna tipo Ala con un crismón simple dentro de una circunferencia datada entre el 440-460/470, complementada por la forma Atlante X, representada por una lucerna tipo XA2 con decoración sobre un disco y sobre el hombro del asa recuerda a una tableta, un repertorio decorativo que proviene de Sidi Marzouk Tounsi entre las décadas centrales del siglo V d.C.

Lucerna de TSA Atlante VIII con decoración de un crismón en el disco


 La importancia de la Terra Sigillata Africana reside, no ya sólo en su gran difusión y la diversidad de contextos estratigráficos en los que se encuentra, sino también por el fenómeno al que da pie: la imitación local de sus formas. La artesanía local se empeña en realizar una producción cuyo modelo es la TSA pero que sin embargo es una salida más económica de cumplir con los requerimientos de un mercado interregional ya fuertemente condicionado por la presencia de vajilla importada. Es un fenómeno que no sólo encontramos en San Vicenzino o en los alrededores del río Cecina, cercano a nuestro yacimiento, sino que se da en toda Italia incluso de manera general en el Mediterráneo. Particularmente, se ha constatado y se incide en los estudios que la producción local de TSA es algo que se da con mayor frecuencia en aquéllas formas que tienen una gran difusión regional. En el caso de la cerámica encontrada en las cercanías del río Cecina es la producción de cerámica roja volterrana, que proviene de un modelo común e intenta imitar tanto en morfología como en técnica  ala las formas más representativas de la TSA A y D.

Laura Sánchez


BIBLIOGRAFÍA

 GAGLIARDI, V., (2008) Circolazione delle merci: importazioni e imitazioni di ceramica africana dalla villa romana di San Vicenzino, L’Africa romana XVIII, Siviglia 2006, Roma, pp. 1461-1474

MACIAS SOLÉ, J. M., (2003), Cerámicas tardorromanas de Tarragona: economía de mercado versus autarquía, en Anejos de AEspA, XXVIII, pp. 21-39.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

En la sombra de Corinto: producción cerámica de Sición

Hola de nuevo lectores,

Esta vez me voy a trasladar a una nueva zona, y es Grecia. Me voy a centrar en la antigua ciudad de Sición, situada en el Norte de la Península del Peloponeso, entre Corinto y Arcaya. Sición se sitúa en una localización comercial estratégica, en una llanura que controla los caminos costeros de Acaya hacia Elis. También controla las rutas hacia el sur de la Península del Peloponeso y las montañas de Arcadia. Por último también controla el acceso al Golfo de Corintio.



Imagen 1. Localización de Sición en la llanura.

La ciudad de Sición tiene una larga y rica historia, logró mantener etapas de prosperidad, un ejemplo es la que obtuvo en el siglo III a.C. bajo el control del general Aratos.  Un importante suceso fue la destrucción de la vecina ciudad de Corinto en el 146 a.C. a manos de los romanos contra la Liga Aquea, y es que tras la victoria romana Grecia pasó a formar una provincia romana. Este suceso, el de la destrucción de Corintio, supuso la mayor adquisición de importancia de Sición en la zona, pero solo duró hasta la restauración de la ciudad de Corinto junto con otras ciudades como Patras. Sición no recuperó jamás su esplendor. La ciudad perdió en gran número su población y entró en decadencia, y siempre permaneció bajo la sombra de Corinto, capital de la provincia romana de Acaya.

Ahora me voy a centrar en sus producciones cerámicas bajo imperiales y en sus materiales. Sición es geológicamente más o menos idéntica a Corinto, y en efecto, a la mayor parte del resto del nordeste costero del Peloponeso. En tiempos helenísticos y romanos, la cerámica de Sición se produjo con materiales silicatos que contienen inclusiones de chert, cuarzo monocristalino y policristalino, en ocasiones con inclusiones de piedra caliza, así como bolitas de arcilla negras o rojas oscuras, y raramente fragmentos de barro. Esta composición mineralógica es consecuente con la geología local que se arregla predominantemente de margas de Plioceno y sedimentos de Pleistoceno ricos en el carbonato.



Imagen 2. Mapa geológico de Sición.

La mayor parte de los restos encontrados fueron producidos localmente (90 % de la producción). Predominan las ánforas, aunque en época romana se basaban en imitaciones del modelo LRA2, original de la Isla de Quíos y de la ciudad costera de Asia Menor Cnido, y en imitaciones de ánforas Keay 57 originales del Norte de África. La economía de Sición se basaba en la agricultura, en la que destaca la producción vinícola, por lo que estas ánforas probablemente contenían vino.


Imagen 3. Ánforas locales de época romana bajo imperial.

Entre las jarras locales, la mayoría presentan un borde semicircular, semicilíndrico en sección, patrón típico de la zona de Argos. Estas jarras fueron fabricadas con materiales semifinos. Entre los utensilios de cocina destacan las cacerolas, con borde rectangular y oblicuo, modelo procedente de Otranto y Olympia. Por otro lado, se han hallado gran número de cuencos locales, con borde horizontal de época bajo imperial, y puntiagudos en la superficie superior. Son grandes cuencos con diámetros entre 25 y 37 cm. Finalmente predominan también cubetas y tarros de almacenamiento, ambos de influencia corintia.  

Imagen 4. Cazerolas locales de época romana bajo imperial.

Por lo tanto, queda claro que la producción local de Sición en época romana bajo imperial que sometida a influencias externas.

Besos y abrazos,

Juan C. Yera


-         - Griffin, A. (1982). Sikyon. Oxford.


-        -  Poulou-Papadimitriou N. (2014). Late Roman pottery from the Sikyon survey project: local production, imports, and urban evolution (4th - 7th c. ad) (Greece). Late Roman Coarse Wares, Cooking Wares and Amphorae in the Mediterranean, pp. 91-102. 

lunes, 20 de noviembre de 2017

El comercio con las provincias romanas del norte de África: el Monte Testaccio

Una parte importante del estudio de la cerámica para entender y conocer a las provincias del norte de África en época romana, y sobre todo en época bajoimperial, es la anforología, o el estudio y análisis de las ánforas.

Para el comercio en época romana se pueden establecer ciertas generalidades. Por ejemplo, su fuente principal de mercancías era la producción agrícola. El comercio romano era un sistema administrativo, político y jurídico que procuraba la distribución y abastecimiento de los productos de primera necesidad, además también poder difundir ciertas ideas propagandísticas para asegurar el control del Imperio. Aún así, al estar extendido, ello también traía ciertas dificultades causadas sobre todo por el transporte y el tributo al que estaban sometidos los productos comercializados. El principal comercio marítimo era el del vino y el aceite, ambos de un alto valor relativo, pero producido en grandes cantidades, algo que dificultaba su transporte. Para ello, las ánforas son uno de los mejores indicadores de la economía alimentaria de la Antigüedad. Son testigos de esta red comercial, siendo la prueba de la cantidad en la que los bienes son producidos, de las redes de distribución de los mismos, de la demanda que existía de ciertos productos, etc. 

ANFOROLOGÍA

Con el fin de establecer una clasificación cada vez más detallada y fiable, los especialistas han desarrollado tipologías anfóricas siguiendo distintos criterios desde el siglo XIX. Estos criterios toman en cuenta distintas variables como la cronología, el lugar de producción, la mercancía envasada, las pastas, el engobe, sus desgrasantes, las arcillas, los imperbealizadores, su morfología, etc. Además, se debe tener en cuenta que las ánforas son contenedores que en la mayoría de las ocasiones pueden ser reutilizadas en varias ocasiones durante su vida útil, o por el contrario se le encuentran otros fines una vez dejan de ser aptos para su principal función, el transporte. El uso de ánforas para transportar productos en grandes cantidades para transacciones comerciales permitía a su vez aprovechar el espacio al máximo para mezclar éstas con todo tipo de cargamentos cerámicos, como lucernas o vajillas de mesa en el caso de las provincias africanas. 

EL MONTE TESTACCIO Y LAS ÁNFORAS NORTEAFRICANAS

El Monte Testaccio es una colina situada al suroeste del Aventino, en Roma, muy próxima al Tíber y se encuentra dentro del espacio delimitado por la muralla de Aureliano a partir del tercer cuarto del siglo III d.C. Se eleva a unos 50 m sobre el nivel del mar y tiene un perímetro irregular de unos 1.400 m aproximadamente. La colina se encuentra en las proximidades del complejo portuario de la llanura subaventina, junto a los grandes almacenes (horrea) que se constituyeron en esta zona desde el siglo II a.C., llegando a ocupar más adelante ambas orillas del Tíber. Esta colina es particular, se trata de una colina artificial: su formación es el resultado de la acumulación a lo largo de unos tres siglos de sucesivos depósitos de ánforas mayoritariamente olearias desechadas tras su uso y transportadas allí desde estos almacenes del puerto.

Las excavaciones en el monte se remontan a 1872 gracias a las intervenciones del arqueólogo alemán H. Dressel, quien de manera rigurosa documentó y definió la naturaleza del lugar y el material que contenía. Este material consistía de manera prioritaria en ánforas de aceite procedentes de la Bética y otras provincias romanas, en especial las del norte de África. Esto le permitió reflexionar sobre ciertos aspectos de la economía romana, en concreto sobre la producción y distribución de bienes de gran demanda como el vino y el aceite, lo que estimularía a su vez el desarrollo de gran número de estudios sobre la fabricación de envases de transporte (una actividad artesanal asociada a la propiedad rural), sus tipologías y sus sistemas epigráficos. 

Tipología de ánforas norteafricanas
Las dimensiones del monte (22.000m2 de superficie y 50 m de altura) la enorme entidad del proceso de distribución de aceite en el Imperio y la duración del fenómeno: el período de uso del lugar como lugar de depósito de ánforas tras su uso como contenedores de líquidos para su transporte se data entre finales del siglo I d.C. y mediados del siglo III d.C., aunque la fecha de inicio aún está en discusión, atrasándola hasta época augustea. Las últimas investigaciones proponen que la formación del monte es el resultado de una serie de acumulaciones realizadas en diferentes épocas, de las que podemos definir tres fases: la primera desde un momento inicial impreciso hasta mediados del siglo II d.C., la segunda entre mediados del siglo II d.C. y el primer tercio del siglo III d.C., y una última etapa tras la cual caería en desuso hasta mediados del siglo III d.C.

Terrazas superpuestas del Monte Testaccio y sus correspondientes cronologías


El repertorio de ánforas olearias identificado es relativamente limitado y presenta ciertas especificidades. La segunda zona geográfica representada es el norte de África. Los depósitos excavados hasta el momento corresponden a tres periodos bien definidos: mediados del siglo II d.C., primer tercio del siglo III d.C. y mediados del siglo III d.C. Estas ánforas correspondientes suponen una proporción muy variable del material total depositado en el lugar, cuyo porcentaje va en aumento a medida que nos acercamos hacia el ecuador del siglo III d.C. (6%-9%, 18% y 26% respectivamente). Además, los depósitos excavados incluyen una tipología muy variada procedente de distintos puntos de la costa norte africana: la costa occidental de la actual Libia o la Tripolitana, el litoral central de Túnez o el África Proconsular y ciertos puntos del litoral argelino o Numidia. 

Provincias del Imperio Romano a la muerte de Trajano, en el 117 d.C.

La importancia representada de estas zonas en el material anfórico del Monte Testaccio es muy desigual y sólo las dos primeras mencionadas parecen haberse vinculado a un vasto circuito de exportación de aceite y de otros productos hacia Roma.

Tripolitania

A la zona de la Tripolitania corresponden las ánforas Tripolitania I y III en los siglos II y III d.C. Son ánforas de gran tamaño, muy ligeras y de gran capacidad. Los talleres que fabricaban estas ánforas se sitúan en el litoral libio (Sabratha, Oea y Leptis Magna), aunque también se han documentado alfares en el interior, en las inmediaciones de Leptis Magna. La gran difusión de estos tipos anfóricos puede explicar su imitación en algunos centros artesanos del litoral central y meridional de Túnez, como se ha demostrado a través de análisis de arcillas en fragmentados encontrados en el monte. En cuanto a la forma que más se acerca a las fechas que nos interesan, la Tripolitana III, aparece notablemente simplificada con respecto a al Tripolitana I.

Ánforas del litoral de Libia: 1 y 2, Tripolitana I; 3 Tripolitana III
África Proconsular

 La situación se vuelve más compleja en el litoral del actual Túnez. Para la exportación de aceite de esta zona se utilizaron diversos contenedores y coexistieron durante periodos prolongados de tiempo, comprendidos entre mediados del siglo II y mediados del III d.C.: Africana IA y IB, Africana II (A, B, C, y D), Ostia XXIII, Ostia LIX, etc. La importancia cuantitativa de cada tipo es muy desigual entre ellos, aunque algunos parecen específicos de un momento según el prcentaje de material recuperado: por ejemplo, la Africana IB parece dominar el siglo III d.C. Al parecer, la exportación de aceite del litoral tunecino supuso, como en Tripolitania, el empleo preferente de unos pocos recipientes de características homogéneas que serían fabricados de forma generalizada en los talleres de la región, respondiendo así el artesanado local a las necesidades generales del Estado romano en cuanto a la producción y exportación de aceite a gran escala.

Ánforas del litoral de Túnez: 1, Africana IA, 2, Africana IB; 3, Ostia LIX; 4, Ostia XXIII; 5, Africana IIA; 6, Africana IIC
El Testaccio también ha aportado algunas ánforas procedentes de Mauritania Caesarensis (Keay I) destinadas al transporte del vino, aunque su presencia en el monte es minoritaria.

CONCLUSIONES

La gran mayoría de los recipientes indicados se fabricaron en talleres de litoral central tunecino (Sullecthum, Leptis Minus  y Hadrumetum) y en el litoral libio, cuyos emplazamientos se han mencionado anteriormente. Esta concentración geográfica demuestra que la exportación de aceite africano no es un movimiento sistemático a gran escala, sino que responde a una combinación de factores económicos y políticos, no a los mecanismos del mercado libre. La exportación de dicho producto se ha demostrado que se relaciona a su vez con la exportación a gran escala de otros productos, algunos de ellos casi indetectables como los cereales. Sin embargo, ello no quita que la producción de aceite en el norte de África  no tuviera una magnitud económica notable, materializada en la gran densidad de asentamientos e instalaciones de prensado prospectados en esta zona. La generalización y la diversidad de estas instalaciones ( en muchas ocasiones de dimensiones y complejidad importantes) es el resultado de la aplicación de fuerte inversiones y de formas de gestión a gran escala. Detrás de estas estrategias y sistemas de producción que explicarían el desarrollo global de la agricultura africana a las puertas del periodo bajoimperial, aparecen los intereses de una clase de grandes propietarios rurales con posibilidades de ascender social y políticamente, como explican los diferentes epígrafes de tituli picti que encontramos en las piezas anfóricas norteafricanas del Monte Testaccio.


Laura Sánchez Bejarano

BIBLIOGRAFÍA

Revilla Calvo, V., "Las ánforas norteafricanas del Monte Testaccio (Roma): tipologías, cronologías y zonas de procedencia" en Ribera i Lacombe, A., Manual de cerámica romana: del mundo helenístico al Imperio Romano, 2013, pp. 415-442.

García Montes de Oca, A., (dirigido por Chausa Sáez, A.), "Cartago Neopúnica y su Pértica: la Anforología y sus implicaciones socioeconómicas", 2013-2014.

martes, 14 de noviembre de 2017

Pannonia, entre fronteras y rutas comerciales

Buenísimos días de nuevo,

En esta entrada  me voy a centrar en la región de Pannonia, actual Hungría, Eslovenia y Croacia. En el periodo de Diocleciano (284-309), las provincias de Pannonia Superior y Pannonia Inferior fueron reorganizadas, y se establecieron  nuevas provincias: Pannonia Prima, Savia, Valeria y Pannonia Secunda. Debido a los continuos ataques de los bárbaros, la población se trasladó a zonas fortificadas en la segunda mitad del siglo IV d. C. Todo este panorama se ve reflejado en la producción cerámica de la región de Pannonia, al igual que en las importaciones.

Distribución de importaciones en Pannonia

Tengo que empezar a hablar un poco de las importaciones para entender bien las producciones locales.  La zona de Pannonia constituía una zona fronteriza y zona estratégica en rutas comerciales, zonas en la que se puede apreciar la abundancia de cerámica importada, en especial cerámica African Red Slip y lámparas, ambas del Norte de África, y por otro lado ánforas. 
También conviene mencionar que en este periodo desparecieron progresivamente los grandes  talleres urbanos, y los pequeños talleres, tanto urbanos como rurales, fueron supliendo su función. Estos pequeños talleres se centraban tan solo un tipo de cerámica, un tanto basta y arenosa, y solían centrarse en la producción de vasijas para cocinar. Además, los pequeños artesanos trataban de imitar la cerámica importada con el material local, sobre todo terra sigillata, que alcanzó bastante popularidad en la segunda mitad del siglo IV.

Cerámica vidriada producida en Pannonia.

Por lo tanto, los pequeños talleres locales fueron sustituyendo las importaciones, al mismo tiempo que dichas importaciones fueron disminuyendo debido a la inestabilidad política, que cesaron en la segunda década del siglo V.

Cerámica barnizada producida en Pannonia.

Entre las producciones cerámicas, además de la terra sigillata, cabe destacar también la cerámica vidriada y cerámica barnizada. No solo se distribuyó en la zona regional, pues se ha hallado a lo largo dela frontera del río Danubio.

Besos y abrazos, 

Juan C. Yera 

- Debai K. (2016). Glass vessels from late roman times found in Pannonia. Acta Archaeologica       Academiae Scientiarum Hungaricae 67, pp. 255–286.

- Hárshegyi P. (2013). Imported and local pottery in late roman Pannonia. Local Economies?   Production and Exchange of Inland Regions in Late Antiquity. Leiden,  pp. 471–528.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Gadara y la cerámica de paredes finas

En la entrada que aquí nos ocupa, intentaremos presentar los principales tipos de cerámicas a través de los hallazgos recabados en las excavaciones realizadas en el verano de 2011 en Gadara (Umm Qais) al norte de Jordania.
En base a esto, podemos comenzar perfilando los que serán los cuatro grupos preponderantes; la LRC o Late Roman C, de Focea (también PRS); la Late Roman D, de Chipre; la African Red Slip de África; y finalmente la Egyptian Red Slip, de Egipto.


Antes de empezar a desarrollar las distintas tipologías cerámicas debemos contextualizar, ya que la información nos lo permite, el lugar en el que se encontraron los restos sobre los que hablaremos. Como ya hemos dicho, las actuaciones arqueológicas que aquí nos interesan se realizaron en el verano de 2011, en Gadara, más concretamente en las áreas Z y W, zonas que ilustraremos con una imagen. La mayoría de los vestigios cerámicos fueron recogidos en diversos conjuntos estratigráficos que se asocian a diversos momentos de ocupación: el Conjunto III, queda relacionado con estructuras domésticas fechadas en contextos bizantinos y omeyas lo que nos situaría entre el siglo VI y VIII. El Conjunto IV, queda ligado a estructuras domésticas las cuales reutilizan construcciones originales previas al siglo IV y las cuales se fechan en el periodo bizantino, es decir mediados del siglo IV y VI. Y por último el Conjunto V, resulta ser un conjunto de estructuras del periodo romano.

  

Establecida esta pequeña introducción al tema, comenzaremos definiendo los grupos cerámicos que anteriormente hemos mencionado.

PHOCAEAN RED SLIP WARE (LRC)

La LRC de Focea, fue descrita y clasificada por primera vez en 1933 a través de los restos hallados en el ágora de Atenas. Este grupo cerámico surge en el este del Mediterráneo a partir del siglo IV d.C., siendo que para mediados del siglo V, se generalizó su producción observando así un aumento de su presencia en el mercado de esas regiones del este. A finales del siglo V y hasta mediados del siglo siguiente, las LRC siguieron siendo una mercancía muy significativa en los ambientes comerciales de esta zona del Mediterráneo.
A modo de descripción general podemos decir que presentan una factura bastante homogénea en cuanto a las paredes de las cerámicas, pero si es cierto que en cuanto a los bordes, encontramos cierta irregularidad, que en ningún momento nos estaría hablando de un error de fábrica sino más bien del proceso de fabricación de la pieza en sí, lo que podríamos interpretar como que el borde fue realizado a mano y añadido posteriormente al resto del cuerpo cerámico. Además estas piezas presentan un tono más diluido del color en la parte exterior del borde debido a que, según los investigadores, esta sería la zona más expuesta al fuego en el momento de la cocción.  



 Las cerámicas de LRC encontradas en Gadara, responden a una matriz de grano fino con ciertas partículas de limo e inclusiones minerales de color blanco, amarilo, negro y a veces gris, teniendo la mayoría una coloración rojiza clara, aunque algunas tornan a una coloración mas oscura. Al interior vemos como presentan un ligero pulido y la mayoría de los bordes presentan una coloración distinta a la del resto de la cerámica, además de tener decoración estampillada con un rodillo fino, que va dejando una cenefa punteada a lo largo del borde. Acabaremos comentando que el diámetro estándar de estas piezas suele rondar entre los 23 y los 24 cm de media.



CYPRIOT RED SLIP WARE (LRD)

La LRD de Chipre fue descrita por primera vez en la década de los cincuenta a raíz de diversos descubrimientos en Antioquia. Fueron producciones bastante generalizadas durante el siglo V en la zona del este mediterráneo, pero se comenzaron a producir desde el siglo IV y tenemos registrada su presencia hasta finales del siglo VII.
Todas las producciones de este conjunto presentan una muy buena factura, conformadas con una arcilla de grano muy fino y bien depuradas, siendo visibles ciertas inclusiones muy finas de coloración blanca o amarilla. Salvo algunas excepciones que presentan un espectro cromático distinto, el color generalizado de la pasta de estas piezas es rojizo. Por último diremos que son producciones cuidadas, lo cual se ve, entre otras cosas, en la fina factura de los bordes, además presentan decoración incisa punteada y la talla media del diámetro se encuentra entre 24 y 30 cm.


AFRICAN RED SLIP WARE (ARS)

La cerámica ARS arranca su producción en el siglo I d.C. finalizando ésta sobre el VII d.C. tiempo suficiente para que dichas piezas se extendieran por todo el Mediterráneo. Aunque debemos apuntar que a mediados del siglo V desciende su popularidad siendo sustituidas en cierta forma por las LRC, sin embargo, vuelven a extenderse a finales del siglo V hasta mediados del VI.

Los fragmentos de ARS hallados en Gadara responden todos a unas características específicas, siendo estas coloración de la pasta roja o rojiza, con una cubierta fina del mismo tono que el color de la pasta. La pasta de arcilla presenta una buen depurado y una cuidada cocción. A esto añadiremos inclusiones muy finas de distinta naturaleza que podremos distinguir por su coloración blanca, amarilla, gris e incluso marrón o rojiza oscura.
Sólo dos recipientes de este conjunto tipológico presentan decoración estampillada, lo que nos puede indicar una cierta austeridad sobre este factor en las piezas.


EGYPTIAN RED SLIP WARE (ERS)

La ERS ha sido clasificada en tres subtipos; la ERS-A, extendida por Egipto y Nubia, teniendo como fuente de producción Asuán; la ERS-B, producida en el bajo Egipto; y la ERS-C, hecha a modo de imitación de la B pero generalizada durante el siglo VII en Egipto y en el este del Mediterráneo.

Los conjuntos de fragmentos encontrados en la ciudad que aquí tratamos presentan una diversidad clara en cuanto a la coloración de las pastas, la de su cubierta y su textura. En comparación con los otros tres tipos de cerámicas, este tiende a ser el más basto, con abundantes inclusiones blancas y negras que son fácilmente visibles. La cubierta está aplicada al interior y al exterior, quedando mejor conservada al interior y presentando una significativa gama de colores entre los que advertimos: rojo, rojo claro, rojo oscuro, rojizo amarronado y rojizo amarillento.


Jose Heras Formento


El-Khouri, L. (2013). Late roman fine pottery from Gadara (Umm Qais), 2011 Season of excavation. Mediterranean Archaeology and Archaeometry, Vol. 14, No 2, pp. 115-138.

Reynolds, P. (2011) Fine wares from Beirut contexts, c. 450 to the early 7th century. Late Roman fine wares 1 (LRFW1). Pp. 57-66. 

martes, 7 de noviembre de 2017

La producción en la zona balcánica: Viminacium

En esta entrada nos acercamos a una nueva región geográfica, los Balcanes. Me voy a centrar en la antigua provincia de Moesia Superior. La producción se centraba en su capital, Viminacium, ciudad que alcanzó gran importancia y tamaño, ya que supuso una de las ciudades más pobladas en la zona oriental del Bajo Imperio Romano. Las diversas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en esta ciudad han sacado a la luz algunos de los numerosos restos que aún se conservan, entre los que se encuentran las termas, un acueducto, el palacio de Adriano, etc.  Esta ciudad, ubicada estratégicamente en la Via Militaris y a orillas del Danubio, supuso un enclave de exportación de su cerámica, en concreto la vidriada.
Imagen 1: localización de Viminacium, en la provincia romana de Moesia Superior.

Los orígenes de la producción cerámica de Viminacium se relacionan directamente con la cerámica vidriada. Los arqueólogos encontraron restos de vidrio en hornos del campamento romano de Viminacium, al igual que restos de vasija vidriada en el contexto de diferentes  talleres.
Cabe destacar que entre las vasijas vidriadas hay gran variedad. La mayoría de los restos cerámicos hallados en Viminacium fueron hechos con arcilla arenosa, la local, la mayoría en tonos grises, pero también en marrón rojizo, marrón o marrón grisáceo. 




Entre las vasijas halladas, predominan las ollas, debido a su cantidad y diversidad. También cuencos, entre los cuales destacan los morteros, de arcilla arenosa y vidriados. Estos últimos presentan una forma esférica-cónica. Entre la cerámica vidriada, se ha diferenciado también un tipo de carácter lujoso, fabricado de arcilla de mejor calidad, de textura más fina.
Por último, cabe mencionar también que se han encontrado gran número de ánforas, pero a diferencia de las vasijas anteriores, son importadas. Estas ánforas pónticas han sido asociadas a las costas del Mar Negro y el Bajo Danubio, debido a su expansión por esta zona.Esperemos que las nuevas investigaciones arqueológicas aporten nuevos descubrimientos y más información a cerca de la producción cerámica de Viminacium.

Juan C. Yera

-          - Raičković Savić, A. (2012). Late Roman Pottery from Viminacium-Thermae. Rei Cretariæ Romanæ Favtorvmacta acta 42. Págs. 147-154.


-         -  Walton M. S. (2010). Production technology of Roman lead-glazed pottery and its continuance into late antiquity. Archaeometry  vol. 52. Págs. 733–759.

Un paseo por la producción hispánica



Hola queridos lectores,
Hemos introducido el tema de los alfares en Siria. En este caso nos vamos a aproximar a cómo eran los núcleos de producción en Hispania.
Los hornos cerámicos son uno de los elementos más significativos que definen una sociedad. A través del estudio de estos, se puede conocer la comunidad a nivel social, económico, cultural o demográfico. Existen numerosos focos de producción repartidos en la Península Ibérica. En el área hispánica se va a profundizar sobre cuatro zonas que tienen cierta semejanza respecto al periodo, pero que tienen las suficientes diferencias que nos permiten abordarlas por separado, estas son: la fachada atlántica, la meseta, la zona mediterránea y el norte peninsular.  
En primer lugar, hay que hablar sobre los hornos cerámicos romanos en Hispania, debido a la tradición cerámica en la Península nos vamos a encontrar hornos de diferente tipología atendiendo a la zona, tradición o influencia, como se puede aprecair en la imagen. Podemos establecer dos tipos diferentes de hornos: por un lado, van a haber talleres indígenas que van a adoptar las técnicas y modelos romano; por el otro lado surgirán unos nuevos focos de producción a lo largo de la época tardoantigua, de diferente tipología que sus antecesores. 


Los talleres romanos van a experimentar su mayor auge en la época del Alto imperio sin embargo, es interesante estudiar cómo algunos focos de producción surgieron durante la crisis del siglo III, algunos de estos se sitúan en Cubas de la Sagra y Loranca en la meseta sur. Asimismo, se mostrará cómo algunos centros han perdurado en toda la época romana como el horno de Tricio localizado en la Rioja cuyo funcionamiento aún seguía activo en época medieval. Los hornos tardorromanos se van a caracterizar por tener una producción más local, ya que las villas van adquiriendo una mayor hegemonía en detrimento de las ciudades.  Un ejemplo de esto es el alfar de Andújar que descenderá su producción a causa de la crisis del siglo III. Aparte de surgir nuevos centros también aparecerá la TSHT (terra sigilata hispánica tardía) que se diferenciará de la TSH en forma, pasta, coloración y motivos. Este nuevo modelo se estudiará mejor en las próximas entradas en el que se estudiará cada yacimiento por separado.

Asimismo, hay que indicar la existencia de las vías de comunicación como claves para el desarrollo de estos focos de producción. En este sentido estas vías influirán en el proceso cultural, económico y social. Dos de los centros más importantes de la Península deben su importancia a encontrarse cerca de una gran cuenca fluvial, estos ya han sido citados en esta entrada y son el taller de Tricio que se encuentra en el valle del Ebro y el taller de Andújar localizado en el valle del Guadalquivir. Sin duda estos enclaves deben su expansión a situarse cerca de zonas comerciales y por tener un fácil acceso a las materias primas. Aunque también habrá otros núcleos de producción que estarán aislados de las vías de comunicación, por lo que la proximidad a las vías no será un factor decisivo a la hora de hablar de estos alfares. También hay que destacar la influencia que tuvieron las vías de comunicación en la tipología cerámica, es decir cómo llegaron nuevos estilos a través de estas vías. Un ejemplo de esto es la presencia de terra sigiliata africana en yacimientos hispánicos. Este influjo puede llegar hasta yacimientos situados en la meseta como en el caso de Cubas de la Sagra. Este tipo de cerámica se caracteriza por tener una pasta menos depurada, la coloración más clara y las decoraciones suelen ser de tipo vegetal.

En conclusión, en las siguientes entradas veremos cómo en época bajoimperial surgen nuevos estilos y cómo afecta este nuevo cambio a los focos de producción y con ello cómo se desenvolverá la sociedad hispánica a esta nueva situación.

Un saludo
Almudena Sanguino 

JUAN TOVAR, L.C. Alfares y vías de comunicación en la Hispania romana. Acercamiento a una relación.  Museo Arqueológico Nacional, Plan de Investigación CAYCIT: "Corpus de las cerámicas Romana", Madrid.



Las producciones de la Meseta al final del Imperio Romano

Hola queridos lectores, Me introduzco en este momento en el final del blog. Hemos redactado en entradas previas las producciones del ...