Muy buenas tardes queridos lectores,
Sin duda uno de los focos de producción más importantes
de la Península es la zona del río Najerilla, en la Rioja. En esta entrada nos
enfocaremos en dicha zona, ya que ha sido una de las fuentes principales para
definir las tipologías cerámicas de la terra sigillata hispánica tardía.
Aunque muchos autores lo sitúan en la meseta le hemos
querido dar una mención aparte debido a la gran información que aporta sobre el
mundo tardorromano en la Península. Asimismo, en esta zona se distinguen dos
situaciones diferentes; por un lado, surgen nuevos talleres, y por el otro, se
mantiene la pervivencia de algunos desde época imperial, aunque pierden
importancia. Por ello es interesante estudiar este caso individualmente.
En primer lugar, hay que hablar sobre esta zona en
concreto, en la cual se encuentran grandes ciudades romanas, como es el caso de
Tricio. Esta urbe llegó a ser una de las más importantes del mundo romano en el
área hispánica. Para conocer mejor la importancia que tuvo esta ciudad os
aconsejamos que os remitáis a la primera entrada del blog dedicado a Hispania,
en la que se destacaba la importancia de las vías de comunicación como claves
para la expansión productiva.
En este sentido Tricio se encuentra en un punto
neurálgico de las vías comerciales. Asimismo, posee suelos limosos y arcillosos,
lo que permite un acceso fácil y rápido a las materias primas, erigiéndose la
ciudad como uno de los mayores centros productivos de la región en toda la
época clásica.
Aunque esta zona adquiere un gran florecimiento en época
altoimperial, en torno a los siglos I-II d. C, no hay que olvidar su etapa
predecesora. Más tarde, en la etapa tardorromana, surgen nuevos estilos tanto
en formas como en decoraciones. Los únicos centros que sobreviven a la crisis
del siglo III son Tricio y Arenzana de Abajo. Sin embargo, en esta época a va a
surgir otro centro alfarero, Nájera, que permanecerá en activo hasta el siglo
VI.
Para comprender la aparición de Nájera como foco de
producción hay que incidir en el contexto socio-económico de esta zona. Se
documenta una repoblación masiva de la zona desde la ciudad de Tricio. A partir
del siglo III se va a producir un abandono de las ciudades para asentarse en el
campo, surgirán las villae, suceso que hasta hace pocos años los autores
situaban en una cronología más tardía. Asimismo, la población también se
trasladará a cuevas, debido a la inseguridad que existía en las ciudades.
Este hecho se ve fomentado por el aumento de la
explotación agrícola y el descenso de la actividad comercial en relación con la
etapa altoimperial. Una de las zonas más afectadas fue Tricio, siendo Nájera quién
ganará protagonismo en esta época y llegando a convertirse en unos de los
centros alfareros más importantes de la Península.
Gracias al estudio de estos yacimientos y de muchos otros
de la Península Ibérica se han podido establecer dos tipos de estilos cerámicos
que definen la época bajoimperial. El primer estilo aparece a partir del siglo
III en el que sigue predominando la forma 37 y en las decoraciones aparecen rosetas,
figuras humanas y círculos dentados o simples. Este primer estilo sigue teniendo alusiones a
la etapa anterior.
El segundo estilo se establece a partir de la segunda
mitad del siglo IV. Las formas que aparecen son la Hisp 37 Tardía, 42, 47 y 47.
Los motivos decorativos se encontrarían en un único friso en el exterior de la
cerámica, destacan grandes círculos o semicírculos dobles rellenos de pequeñas
líneas onduladas o en zig-zag.
En resumen, los cambios que podemos apreciar en el mundo
tardorromano de esta región son numerosos. La producción de carácter “industrial”
desaparece, para dar lugar a una producción más local, en los que los centros
alfareros serán más autosuficientes. Como hemos podido ver se produce una
ruptura a nivel estilístico en la cerámica, las cuáles eran mucho más bastas y
con unas pastas más pesadas; la cerámica estampada cobrará gran importancia. El
descenso de la actividad comercial en el interior de la península dio paso a
que las cerámicas extranjeras colonizaran estos territorios. Por lo que van a
aparecer numerosas piezas africanas y gálicas en los yacimientos peninsulares.
Las rutas comerciales marítimas serán el eje de estas nuevas producciones,
aunque ya nos extenderemos más cuando hablemos de la fachada atlántica y de las
zonas mediterráneas.
Un Saludo
Almudena Sanguino Tallón
SAÉNZ PRECIADO, J.C (1995). Los alfares de época tardorromana del valle del río de Najerilla (s.
IV-VI d. C). Berceo 198, Logroño, pp. 113-157.
No hay comentarios:
Publicar un comentario