Bienvenidos de nuevo,
En esta entrada
estudiaremos la producción cerámica en la fachada atlántica, la cual
dividiremos entre la zona de Lusitania y la zona de Galicia. Estos dos focos
fueron los únicos que no sufrieron una ruptura comercial tras la crisis del
siglo III en la Península, por lo que es notorio hacerlas una entrada aparte.
Aunque las
tipologías cerámicas cambiaron, las rutas comerciales marítimas se mantuvieron
durante todo el imperio romano. Los talleres de estas zonas diversificaron su
producción, es decir, fabricaban tanto ánforas como vajillas. Asimismo, la
cerámica de imitación jugará un papel importante en esta época.En Lusitania nos
encontramos con una gran predominancia en la producción anfórica. Esto se debe
a las grandes industrias de salazón que existen en este territorio. Sin
embargo, cabe destacar un enclave en el que la producción cerámica fue su gran
objetivo, Bracara Augusta.
Como no podía ser
de otra forma, en esta época Bracara Augusta tenía una producción con un carácter más
local y un sistema basado en la autarquía las cuáles hemos visto que son
características propias de los focos de producción tadorromanos de la
Península. Esta zona se caracterizó por producir cerámica de vajilla fina de
imitación que la podemos dividir entre TSB Tardía roja y TSB Tardía gris,
centrándose en las cerámicas altoimperiales peninsulares, pero también en las
africanas, gálicas y focenses. Este nuevo modelo de sigillata comenzó desde
finales del siglo III y siguió fabricándose hasta el siglo VII. Bracara Augusta
abastecía de cerámica tanto a su propio entorno como en las zonas colindante de
la actual Galicia como, por ejemplo, Vigo.
Así, La TSB Tardía
roja se puede se caracteriza por tener
las pastas blandas y una cocción alternante con un engobe de color amarronado.
La TSB Tardía gris
dio paso a un nuevo modelo productivo que iría desplazando paulatinamente a la
roja a finales del siglo V. En esta casó la cocción pasó de ser alternante u
oxidante a reductora. También desaparecerán el engobe rojo y las decoraciones
estampadas. esta nueva cerámica tenía un engobe gris, muy pulido, a diferencia
de su antecesora, y un aspecto muy brillante.
En cuanto a la
producción anfórica, a partir del siglo II se va a producir una un receso en la
fabricación de estas piezas. Aunque no están muy claras las causas de ello, probablemente
sea por el cierre de las industrias de salazón o
simplemente por la subida de los ríos que inundarían los alfares lusitanos
forzándoles a desplazarse a otra zona.
Lo que se aprecia
en este periodo es la imposición de una forma más pequeña que su antecesora. De
estos datos podemos decir que el descenso de tamaño se debe a que estas ánforas
no eran utilizadas para el salazón, por lo que la teoría del cierre de estas
industrias cobra sentido. Esta nueva forma se documenta en numerosos
yacimientos de la zona Lusitana y galaica, por lo que no fue una producción
acontecida en un único talle, sino que este nuevo modelo se generalizó en esta
forma.
A partir del siglo
III se producen nuevas novedades, aparecen nuevas formas y talleres. Las zonas
destacadas se encuentran en el Tajo. Algunos talleres persisten como el de Porto
dos Cascos que se sitúa en este mismo valle, y en este mismo lugar se funda
Quinta do Rouxinol
Aparecerán nuevas
ánforas que se caracterizarán por tener un cuerpo cilíndrico un cuello poco perceptible
y un pivote con moldura, esta nueva tipología muestra una ruptura con la
tradición local que comienzan a partir del siglo III. Esto nos puede llevar a
la conclusión de que los nuevos alfareros que se encuentran en el valle del
Tajo y del Sado podrían ser extranjeros
A lo largo del
siglo IV y V estas alfarerías van a experimentar su mayor apogeo, es más en el
siglo VI aparece una nueva forma. En esta época también se
produce un desplazamiento hegemónico; la zona del Algarve, a la orilla del
Guadiana, gana prestigio en comparación con la zona del valle del Tajo. Además,
con el paso de los años, las ánforas van a ir disminuyendo su tamaño. Esta
producción y exportación teminaría en el siglo VI, un poco después del periodo
romano.
En la zona de
Galicia hay que indicar que, como en el caso de Lusitania, las redes
comerciales nunca llegaron a desaparecer además, se registra una gran
exportación hacia otras zonas.
Sin embargo, en esta
zona se documenta una disminución en la producción cerámica, lo que se aprecia
en yacimientos de A Coruña y Braga. Al igual que en el resto de la Península
los alfares se simplificaron y se organizan en pequeños complejos que tuvieron
importancia en época altoimperial. Asimismo, las producciones norteafricanas y
gálicas impiden que estos alfares vuelvan a tener importancia, sobre todo en
las zonas costeras, debido a la competencia que provoca la llegada de estas
importaciones extranjeras.
Respecto a la
tipología que podemos encontrar en esta zona, hay que destacar que hay muy
pocos ejemplares, por lo que todavía es difícil establecer un nuevo modelo para
este periodo. De los pocos materiales se deduce que siguen todavía con la
tradición altoimperial.
En cuanto a los acabados la mayoría tiene la pared lisa, mientras que en los
motivos no hay ninguno que merezca destacar.
En conclusión,
debido a las rutas comerciales los centros de producción nunca dejaron de
fabricar cerámica, aunque en esta época debido a la gran inestablidad económica
habrá más importaciones que exportaciones tanto africanas como gálicas. Además,
se producirá un descenso en el numero de piezas fabricadas. Las ánforas serán
las únicas que persistan en este mundo tardorromano y que cobren gran
importancia, sin olvidar la nueva tipología de Bracara Augusta.
Un Saludo
Almudena Sanguino
Tallón
FERNÁNDEZ A. y MORAIS R. (2014): La producción de vajillas finas de Bracara Augusta, Rei Cretariae
Romanae Favtorvm Acta 43.
LÓPEZ PÉREZ Mº.C, CÉSAR VILLA M. y
CARREÑO GASCÓN C. (2012): Las
producciones de TSHT en el área galaica: Difusión tipología y decoración,
Ex Officina Hispana, Museo Arqueológico Nacional, Vol. 1, pp. 125-139.
FABIÃO C. (2008): “Las ánforas de Lusitania” en
CASASOLA B. y LACOMBA I. (coords.) Cerámicas
hispanorromanas. Un estado de la cuestión, UCA, Cádiz.
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